domingo, 9 de octubre de 2011

ESTUDIOS SOBRE EL TERMINO LADINO


Para hacer un análisis, de la palabra con que se denomina en la actualidad  al más claro exponente de las buchonas españolas  mal llamado LAUDINO SEVILLO.  He venido a recopilar, entre todo lo que se ha escrito sobre tan maravilloso animal, unas veces de forma acertada y mayoritariamente de forma desacertada. bien porque los que escribieron sobre el , estaban desinformado , o no hurgaron en los anales de la historia , lo poco que esta escrito ; para ello , el siguiente análisis , sencillo pero practico , no es fruto de una gran investigación como pudiera parecer , sino mas bien , desmontar tópicos y ver el origen de dicha palabra valiéndome del estudio del castellano , y comprobar , que hay en nuestra literatura al respecto , dado que la actual denominación, no esta contrastada , y auque , dicho nombre aparece en la Joya Colombofila del doctor Altamira Raventos ya en 1924 , es citado de pasada y no nos dice las fuentes ni la constatación  de esta .

CITA: “ Dicho señor Albalat , poseía , un manuscrito que perteneció a un fraile franciscano , en el cual , además de la paloma buchona que cultivó durante mas de 40 años , habla extensamente de las mensajeras valencianas  : magán y azul de la estrella.

Puede decirse que dicho manuscrito princia la historia de las variedades mencionadas. El susodicho franciscano autor de este importante manuscrito se llamaba Antonio Llaudis , quien cultivo en la clase de buchonas , a una de un color determinado , ahumado , que hoy en dicha comarca , a pesar de los años transcurridos , se la llama a esta variedad ahumada de pico y uñas amarillas , la buchona franciscana . En cambio a las buchonas en general  se las llama laudinos , y esto demuestra que el fraile Antonio Llaudis fue quien cultivo estas aves antes que el naturalista  Cavanilles , que también habla de las buchonas , en su historia natural de las palomas . “

CITA: “ Pues los estudios de Cavanilles y el padre Llaudis , que son ciertamente muy raros  , contienen tan solo unos cuantos datos imprecisos e insuficientes “

La Joya Colombófila, Altamira Raventós, 1924.- Pág 30.- y 32.-


Por  otro lado, aun nadie ha podido demostrar ni por activa ni por pasiva, la existencia de aquel monje llamado Antonio Llaudí, y perteneciente a la orden franciscana. Incluso,  los hoy pertenecientes a dicha orden y amantes a las palomas, no han podido desvelar, la existencia real de aquel personaje, solo nombrado en la literatura; y que tengamos hoy conocimiento en solo esa Obra.

Habiéndose  consultado a la Iglesia, sobre la  cuestión se ha tenido como respuestas de las Autoridades Eclesiásticas, que dicho monje no ha pertenecido a ninguna de las tres Ordenes Franciscanas.

Y como queda demostrado, por el propio Altamira, en el orden de las palomas buchonas ladronas, entendidas estas como “Colombofilia”, dichos comentarios, estudios, etc. son raros e imprecisos, a lo que este autor calificaría de insuficientes.

Investigaciones reciente, colocan a este monje no en la Orden Franciscana, sino en la de los Carmelitas Descalzos, y no precisamente con el nombre de Antonio Llaudí; sino con el nombre de Antoni Lauris; sin que tengamos más datos ni referencias; por lo que debemos desechar toda leyenda al respecto, pues el habito de dicha orden es negro con solapa blanca; desautorizado a cuantos quisieron ver en el color del hábito el supuesto color de esos palomos, que con tratados de Genética en la mano es descabellado; como todo lo que corresponde a la literatura del mundillo palomero.
Es por lo que hay que ser escépticos, y variar de dirección las tesis investigatorias.

Son los aficionados sevillanos quien lo hacen patente de dicha palabra en su primer estándar, cambiando los nombres por los que era denominado, todos ellos pertenecientes  a la sociedad hoy desaparecida denominada, La Giralda. Estos  aficionados, referentes en la colombicultura moderna, son los que inician mi tesis,  al hacer una retrospectiva, de cómo era llamado este ejemplar a lo largo del tiempo.

Pues bien ,  parte de un nombre “Ladrón Sevillano“ o “Palomo ratero” para luego , ser denominado como Palomo Valenciano terminología que aun hoy esta vigente en los aficionados mas veteranos , para luego ser denominado Laudino Sevillano , tal  y como se le conoce en la actualidad , a raíz de la publicación de su primer estándar .

¿El porqué de a palabra valenciano?:

A raíz de la puesta en práctica del deporte de la PICA, a partir de 1920.- llega a todos los lugares, no las hazañas de esos palomos sino la ingente cantidad de dinero estimado en pesetas, que estos palomos mueven, según autores en los años 50 las quínelas (apuestas,  subasta en cubierto que tanto antes como hoy no son declaras a la Hacienda Pública estaban en la cantidad de 35,000 pesetas de la época) y paralelamente el rumor cierto de lo asquerosamente caro que se pagaba por un palomo de esos llamados valencianos o picas. (Ramón Fontelles “Nuestra Lucha”)

Dato Objetivo, es que en 1977.- las obras que manejaban en Sevilla, se circunscriban a las dos citadas (la Joya Colombófila y Nuestra Lucha) y a algunos art. de opinión de la Revista Palomos Deportivos, que como todos sabemos es de la Federación.

Si atendemos a la palabreja con que Don. Rafael Yuste López,(Laudino)  rebautiza de nuevo a estos palomos, apreciaremos, que si buscamos en el Diccionario de la Real Academia de la Lengua, simplemente NO EXISTE, y en su lugar si queremos ser doctos o formados debemos llamarlos LADINO. Esta cita ya es publicada en la Gaceta de Granja en 1.949.- texto que  conocía el autor; y que provine de Cesar Martinez; donde literalmente nos dice “simplemente nada significa”

De la palabra “PALOMO LADRON” a secas, tal y como se describe en la obra de 1711.- (Ordenanzas de Sevilla) “palomos finos de gusto e intención, que no pueden ser caseros, ni zuritos, ni mestizos a los cuales llaman palomos ladrones.” (Nicolás Navarro “Régimen de palomería” 1,711.-)


            La palabra ladrón, tiene acepciones gramaticales, en función del tiempo, y las lenguas habladas en España a lo largo de los tiempos.

            EL Diccionario de la Real Academia de la Lengua, entre sus muchas acepciones de la palabra LADINO, nos dice: astuto, sagaz, ladrón. Así como en América Central y México, se denomina con esta palabra al híbrido entre hombre blanco e india, quizás, por coincidencia del producto con esos atributos.

En España, cuando se menciona la palabra ladino, ésta tiene interpretaciones variadas: Romance castellano antiguo, lengua de extranjeros, indio que habla castellano, individuo que es astuto y hace el mal etc. Estas son las percepciones comunes y sólo un español culto llega a entender (y no siempre) que al decir ladino se habla de la lengua de los judíos sefardíes. Claro está que en las deformaciones de la historia (y en especial de las creadas por el antisemitismo), la palabra ladino siempre se refirió a lo judío: ya a las canciones judías, a la lengua de los judíos (considerados extranjeros en España a pesar de que vivieron veinte siglos en ella) y a la supuesta actitud sospechosa de los judíos (de creyentes, marranos y conversos). Así que en primera instancia, ladino fue una palabra despectiva o de índole acusador

La palabra Ladino, antes que una nominación que se hace de una lengua, quiere decir traducido. Ladino viene del verbo enladinar, traducir, y tiene su origen en los trabajos hechos por los judíos, moros y cristianos que trabajaban en las escuelas de Traducción de Toledo, en los tiempos de Alfonso X, el sabio. Al traducir los clásicos del hebreo, el griego y el árabe a la lengua local de entonces, los enladinizaban. Se dice que fueron los judíos los primeros en llevar a la lengua castellana los clásicos literarios y científicos antiguos. Esto les valió de muchas criticas porque vulgarizaban los textos clásicos al traducirlos a una lengua inferior (la popular) y no a una superior, el Latín, adecuada para expresar nociones complejas.  ( Wikipendia)

            Este pasaje sacado de la Enciclopedia Wikipendia, basada en otra no desechable, como es la Espasa, nos aproxima, al origen de la palabra y nos da pistas, para su posterior acepción al denominar  con dicha palabra, (al ladrón, al judío, al sagaz, al embaucador) cualidades que por ende están presente en este palomo y que no se prestan a discusión, por ser de todos conocidas.

            Para ir aun mas lejos en la historia hemos recuperado un fragmento de de la traducción del tratado de IBN´ABDÜM  sobre la Sevilla del siglo XII, y en su norma 141, ya nos habla de la existencia del palomo ladrón en Sevilla, aquí reproducimos, la portada de dicho libro, así como la página de la norma 141, para poder demostrarlo.

“Prohíbase en absoluto la venta de palomos ladrones que no emplean más que la gentes amante de lo ajeno y sin religión así como la venta de gatos si de algún tratante se sabe que es trapacero y que no obra como debe, échesele del zoco por ladrón, vigílesele y no se le emplee” (Sevilla a comienzo de siglo XII, Tratado de Ibn Abdum, E.Levis-ProvenÇal, Emilio Garcia Gómez 1998.-)


            “Estaba más alto que un palomar. Entró, y dijo: «que me chupen brujas, si no adivino lo que anda". Y arrulló de buche profundo, como palomo ladino, a la sastresa. "No está la Magdalena para tafetanes", le respondió ella; y dice que pió el sastre de pura necesidad.” (Ros de Olano (1808-1886), en su obra Maese Cornelio Tácito).

            Sería fácil decir, que visto las acepciones gramaticales de dicha palabra, y su contexto, en aquella época, al susodicho  palomo el vulgo lo llamaba palomo ladino, contrapuesto a Laudino; ¿Cómo enlazar a ese palomo llamado ladrón existente en la ciudad  se Sevilla con la palabra ladino?

           
Hasta ahora solo hemos podido despejar la incógnita que ya a finales del siglo XI y principios del XII existe en Sevilla ese palomo (no entramos a valorar, como era o lo que hacia ese ejemplar, pero a juzgar, por las mermas que hacia en palomares ajenos, el clamor popular, llevo a las autoridades a editar, esa norma), Si podemos apreciar por reducción como no tenía que ser, circunscribiéndonos a la cita de 1,711.- de Nicolás Navarro

            Hay que entender, dichas frases en el contexto general de las obras, pero es en estas, donde hasta ahora se ha podido comprobar, la etimología de dicha palabra en relación al contexto de la obra, y ajustada a la acepción del Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española.

Abultando en lo mismo, otra cita a la paloma ladrona: “Es lamentable que esa protección origine perjuicio al deporte de la paloma denominada buchona o ladina al prohibir su uso y vuelo.”    (Numero 1 de la Gaceta de Madrid  de fecha 1 de enero del año 1932 , en su articulo 10 del decreto sobre protección de las plomas mensajeras).
    Para los que desconozca, que era esa publicación diré que es el Boletín Oficial del Estado, durante la Republica Española.

            Llegado este punto, podemos tener demostrado, que la palabra correcta a emplear en la denominación de este palomo es la de ladino, y no precisamente  la de laudino; para ello  hemos investigado también el origen de dicha palabra.

Aclarar que el  autor , de la Joya Colombófila es Catalán y que en dicha obra , antepone en varias ocasiones la preposición lau  a términos como loable y el termino que nos atañe laudino , consultados otros textos, podemos afirmar , que dicha preposición, no hace mas que ensalzar o aupar , la palabra a que antecede  pudiéndose traducir por:  “más que”  lo que refuerza , aun mas dicha traducción “más que ladrón”; pero claro está hoy al menos, debemos ceñirnos a la Lengua Castellana y no a las acepciones en lengua Catalana y Valenciana.

Creo  que con estas pequeñas demostraciones, he puesto al menos en evidencia, la equivocación o falta de rigor de algunos , cuando explican  el porque de dicha palabra  laudino, cuando los mismos que promovieron dicha palabra, ya la habían, demostrado nombrado con mayor rigor, si bien , desconocían, su acepción .

Para que acudir a términos catalanizados, o carentes de rigor científico, cuando la lengua materna el Castellano es aun mas rico, tanto en sus formas, como en sus orígenes,  así que la palabra LAUDINO  es a mi entender inoperante , debiendo ser reemplazada por la palabra LADINO  y voy mas aun, porque recuperar, palabras obsoletas , salvo , por nostalgia histórica;  si no es de rectificación lo que por derecho le corresponde, almenos llamémosles LADRON SEVILLANO  que es su traducción al castellano actual, termino que ya se utilizo, como nos lo describen  en la Obra  Primigenia a nivel mundial de 1.711.- antes aludida.


José Montoya Romero
Septiembre del 2.008.-